El árbol es el éxito más grande de la Naturaleza. El hombre y el árbol han mantenido siempre una relación simbólica entre ellos. Nos ofrecen refugio frente a las inclemencias del tiempo. Nos proporcionan alimento desde sus raíces hasta sus ramas. Su madera es un tesoro para fabricar casas, instrumentos, herramientas. Pero quizás lo más importante es que nos han proporcionado el combustible necesario para el fuego convirtiéndo a éste en el motor de la civilización. Los árboles son nuestros más firmes aliados. Desde los primeros tiempos hemos sido conscientes de que la vida es un equilibrio. Dar y tomar. La capacidad de sentir compasión por otras formas de vida nos ayudan a vencer la ignorancia de tantos que no respetan y cuando ya no pueden sacar beneficios los destruyen. Los pueblos indígenas los consideran como sus hermanos de pie, ya que compartimos su posición vertical y ergida. El árbol es el homenaje a la naturaleza y siempre debemos de guardarlos y respetarlos a pesar de su edad, su deterioro o su falta de atractivo. Hoy se queman naranjos porque sus furtos ya no se pagan como antes, en lugar de dejarles vivos. ¿Es qué hay que elimar la vida porque ya no nos proporciona beneficios?La madera del naranjo es rica para su utilización y sin embargo la convierten en cenizas anulando ese último regalo para hacernos la vida más fácil. Los bosques son pasto de las llamas por el descuido voluntario o intencionado de aquellos que ven cómo favorecer sus intereses a costa del bien de otros. Se presume mucho de ecologistas y sin embargo poco hacen por salvar la naturaleza. Únicamente en las portadas de los informativos es dónde ellos crean más incertidumbre y menos acción ecológica. El árbol es la natural belleza del planeta y muy poco hacemos por conservarlo. Los árboles son las columnas del mundo, cuando hayamos cortado la última el cielo se caerá sobre nosotros. No podemos comernos el dinero a pesar de que no todos piensan igual ¡Muchos se lo deberían de hacer mirar! por coherencia y sentido común.