
La mirada es indicativa de los pensamientos. Solamente nos paramos frente a la mirada humana que es la que nos delata pero los animales tienen mucho que decirnos también. Es parte de ese lenguaje no verbal que nos indica nuestro estado de ánimo, nuestra afabilidad o simplemente quiénes somos realmente. íntimamente relacionada con nuestro estado de ánimo damos a conocer nuestro yo más íntimo capaz de transmitir mensajes que van mucho más allá de las palabras o los gestos. Bécquer decía: » que quién puede hablar con la mirada puede incluso besar con los ojos». De ese forma de mirar nace la autoconciencia hacia nuestro interior. Es la lectura cómplice de nuestra voluntad que nos permite endulzar la percepción de nuestra individualidad en el momento presente. La vida pasa por nosotros en vez de que nosotros pasemos por ella pues descuidamos esa percepción de lo realmente trascendente. «El dolor sólo termina a través del conocimiento propio» y el hombre está perdiendo esa atención hacia lo que realmente importa y enriquece.