Gnomos o Elfos

El musgo ya estaba presente encima de cada piedra y los senderos se digujan con alegría en este otoño que ya camina. Pero la Luna del cazador avisa todavía a los más rezagados de que en algún instante pueden aparecer los elfos entre la hojarasca. Tiempo de recogerse y también de expandir los pulmones para absorber la frescura del monte. Aún así las puertas de las casas de los gnomos permanecían cerradas en esa mañana de sol bajo la atenta mirada del Teide. Todo hacía presagiar que no tardarían en salir de sus refugios para recoger alimentos. En la mente de cada uno está la continuación de este microcuento que deambula ya por el Sendero Dornajo, allá cerca de las nubes y donde el despliege de colores y formas dibujan a diario los ecos del monte. Comencemos con es primer paso entre lo mágico y lo real, en algun recodo quizás nos llevemos alguna sorpresa. !Adelante!

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