Solitaria y sabia paciencia

«Hijo mío te he estado buscando, desde el tiempo en que montañas y ríos aún estaban sumidos en la oscuridad.

«Te buscaba cuando aún yacías en un sueño profundo, a pesar de que el repetido sonido de la caracola ya había resonado en las diez direcciones. Desde nuestra montaña ancestral oteé tierras lejanas y reconocí tus pasos sobre innumerables caminos. ¿A dónde vas?. En vidas anteriores me tomaste muchas veces de la mano y juntos disfrutamos caminando. Largas horas nos sentamos al pie de los viejos pinos. Sentados lado a lado y en silencio, escuchábamos la dulce llamada del viento y contemplábamos el pasar de las blancas nubes. Para mí recogiste la primera hoja roja del otoño y yo te guié a través de bosques sumidos en la nieve. Pero por mucho que nos alejábamos, siempre regresamos a la montaña ancestral para estar cerca de la luna y las estrellas, invitar cada mañana al sonido de la gran campana y ayudar a todos los seres a despertar». Poema: En el lindero del bosque. (Thich Nhat Hanh).

El simple acto de respirar y escuchar el sonido de una campana de entrenarnos en el arte de parar. Las campanas nos invitan a ver que somos el mundo, el cosmos, no hay una separación. Abracemos el espacio ilimitado, el tiempo infinito y ese instante se vuelve un momento eterno. El pasado, el presente y el futuro están contenidos en ese instante. Cada día posee su propia serie de pensamientos, palabras y acciones. Vive en armonía con ella.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s