Ahora es el momento de pensar en lo que tienes. Piensa en lo que puedes hacer con lo que hay. En la barca del mundo siempre debe haber un capitán que la lleve a buen puerto. No hacer oídos sordos intentando mantener su postura sabiendo que necesita del apoyo de todos para que la embarcación no se hunda. Es el momento de las decisiones pensadas y no re-pensadas porque si dilatamos demasiado el instante este se desvirtúa. No hay nada peor para un capitán que dejarse llevar por la soberbia ya que aquellos que pueden ayudarle solo intentarán hacerse con el mando de un timón que nos les lleva a ninguna parte. Si tratamos a los hombres solamente por lo que son los hacemos peores. Tratándoles como si fuesen lo que deberían ser, podemos hacer de ellos lo que pueden llegar a ser. Todos somos hijos de nuestro pasado pero no esclavos de nuestro porvenir y ese pasado nos influye de manera importante, pero no nos determina. Se humilde pues la peor cosa de este mundo está hecha del mismo material que tú. Y confía en los demás aunque te parezcan distintos por su forma de pensar, pues las estrellas están hechas también del mismo material que tú. Ahora hay una humanidad que tiene derecho a vivir del despilfarro y otra de tercera clase que tiene el deber de morirse de hambre y vivir huyendo de la barbarie de la guerra. No busques aliados en esta batalla sino fuerzas en ti mismo. Si los hombres de hoy no podemos conseguir que la historia tenga sentido, pueden al menos actuar de tal forma que la propia historia individual de cada uno la tenga.