Anclada a tierra está la barca. Esperando del mar ese mensaje que la enamore y la acaricie. Pulsando los minutos de un abrir y cerrar del libro de la vida, donde las estaciones se suceden enarbolando esas flores que hoy hacen de cuna para su descanso. ¿Quién se fijará en ti cuando amanezca y la fina lluvia inunde tu deteriorado cuerpo ya casi sin pintura? La vida se estremece en la distancia de las cosas y el futuro se convierte en plegaria sobre la flores de tus mañanas. En el hoy y en el ayer de tus conquistas, de tus ilusiones y de tus memorias tu recuerdo emerge a las puertas de ese paraíso engañoso que es la vida y donde todo retorna al lugar de su origen.