Nadie está exento de su compromiso con la vida. Somos parte de ella y en ella estamos todos, sin excepción.
Celebramos ayer el Día Internacional de la Protección a la Naturaleza. Que este no sea una año más de eslóganes ni promesas. Que las palabras se conviertan en hechos palpables y en resultados conscientes. No escondernos de aquello que ya hayamos vulnerado y procurar que no vuelva a repetirse. La humanidad viaja a ritmo vertiginoso arrasando lo que encuentra a su paso. Pero lo trágico es que si continuamos de esta manera será como si nosotros mismos nos cortáramos los pies.