Un país democrático por excelencia es aquel que respeta las decisiones de sus ciudadanos sin presión de ningún tipo. Se viene dando el prototipo de la «amenaza a tiempo para conseguir un resultado favorable» ¿Qué es lo que ocurre? Convicción o presunción de pertenecer a algo que nos favorece sin creer en ello. Los ánimos están caldeados y la mentes trabajan sin freno intentando arrebatar decisiones que no son democráticas sino impuestas con las posibles represalias de ese hermano mayor que nos condiciona. ¿Dónde están los «Caballos de Troya» si ahora nadie es capaz de plantarse ante una decisión consciente y meditada. Únicamente se trata de tumbar a los realmente comprometidos llegando a ser capaces de todo por mantener su postura. Los Ulises del siglo 21 nada tienen que ver con aquellos que no se dejaron intimidar por nada ni por nadie. Si lo crees, adelante y si te dejas condicionar es que realmente no deseas hacer por tus ideales.