Abrirse al mar, escuchar su sonido y abrazar ese instante perfecto que nos conforta y nos sacia. San Telmo, en el Puerto de la Cruz, despliega su nueva alfombra y se insinúa provocativo frente al acantilado de la Punta del Viento. Enclave de privilegios encontrados donde la virginidad de las olas se recuesta sobre el verde esmeralda del musgo y bajo la atenta mirada de esos observadores que amamos atrapar el instante mágico de esa foto.