La vieja «Farola del mar» me sorprendió mientras paseaba por el puerto. Todo es posible aunque no lo creamos. Lo que existe es posible y al mismo tiempo es real. Encontrar esa luz no es fácil, pero mantenerla es muy complicado. Bajo el manto de la noche las luces nos resultan más claras a la vez que los caminos aparecen frente a nosotros inciertos. Cabe esperar que no todos los faros alumbran de igual manera pero siempre estarán ahí para indicarnos algo. Estamos viviendo acontecimientos sin límites y la posibilidad de que exista un cambio en el mundo, en la sociedad y que será la consecuencia de nuestros comportamientos y de nuestras decisiones. «La mirada es una de las puertas de la inmortalidad» Si quieres que alguien te oiga con el corazón mírale a los ojos. Somos esclavos de nuestras palabras y a veces es tan grave nuestra enfermedad interior que no es posible su curación inmediata. El primer paso, quítate la mochila del pasado y viaja ligero en tu tiempo. Ese espacio que te pertenece y al que solo esta permitido entrar con la mochila vacía.