A veces la realidad supera con creces a la ficción. Tempranos sones que escuchamos desde todas las emisiones de radio y de televisión nos muestran una vez más que el hombre es capaz de hacer cosas inimaginables a costa de lo que sea. Saludamos desde aquí a cuantos se sorprenden de lo que sucede y ven que la verdad ya no es la madre de todas las virtudes. Engaño y mentira por doquier y desde los más altos estados de nuestra sociedad que continúa ejerciendo su papel de «quijote» y en la que esa ley que a todos les llena la boca no es del mismo calibre para ninguno. ¿Es que ya nada sabemos que decir frente a tanta malintencionada mentira y esa turbia transparencia de quienes se ríen de nosotros? Desde esta ventana quiero hacer un llamamiento a la razón que no sabemos encontrar entre declaraciones y comunicados. Un toque de atención a las generaciones florecientes que se asquean con nuestra burocracia, favoritismo y distanciamiento entre clases y entre hombres. Un saludo a todos aquellos que tienen que quedarse callados porque su razón no importa. En esta continua trenza de dimes y de diretes cabe solo una conclusión; Para inventar necesitas una buena imaginación y una pila de chatarra. Donde el descontento es la primera necesidad de progreso y donde solo porque algo no haga lo que era previsto no quiere decir que sea inútil el esfuerzo» Thomas Edison.