Solo hay madurez en el proceso de aprender. De la falta de madurez nace el conocimiento, de lo que simplemente se ha sido memorizado como medio de resolver los problemas humanos y solo sirve para crear ulteriores modelos, o sea más problemas. La libertad no puede comprenderse en modo alguno sin inteligencia, no puede venir sino cuando uno ha comprendido la verdadera causa de los problemas. Lo mismo que el mar que en su constante azul teje la espuma de sus olas creando encajes que confeccionan pliegues asimétricos de una profundidad infinita. Así el hombre solapa cada una de sus etapas en la vida haciendo de ella un abanico de posibilidades, de preferencias y de recursos a la hora de expandirse por el mundo del conocimiento. Instalarse son capa intermedia entre el mar y el cielo es crearse cada momento y renovarse en cada una de las gotas de sal que fruncen la plana estabilidad del tiempo. Rocas volcánicas enmarcan ese flash de sensaciones oníricas o reales que capturan nuestra mirada o enamoran a nuestro objetivo. Solo es cuestión de comprobarlo, y merece la pena.