Foto; Jardines del Palacio de Pedralbes, Barcelona
Aunque nos parezca mentira en ocasiones deseamos volver a ese lugar donde por un rato fuimos felices. Tal vez se nos venga a bajo todo el entramado del descubrimiento de ese rincón que pasó por nuestras vidas casi de puntillas. Muchas veces lo recordamos pero no hacemos el más mínimos movimiento para volver. Frente a la dama de la fuente estoy yo contemplando la horizontalidad de ese momento y su entorno silencioso. Bajo mis pies la tierra amarillenta de un parque, de un jardín cuyo recuerdo es ya muchas historias pasadas. El estanque permanece inmóvil en su sana paciencia y yo nuevamente me doy cuenta de que, por muy insignificante que parezca, guarda la esbeltez de un tiempo que ya descansa en los peldaños de la historia.