«Una piedra en el camino, me enseñó que mi destino era rodar y rodar…..
La casualidad es algo que va de nuestra mano a diario. No parece afectarnos demasiado pero cuando nos sorprende nos quedamos perplejos. Tras una breve conversación con una vecina del municipio tinerfeño de Arafo decidimos darnos un paseo por ese lugar que llaman Mirador de la Piedra y donde en medio de un ancho barranco sostiene la inmensa mole natural que según dicen vino arrastrada por las crecidas de las aguas. Hasta allí se acercan vecinos y curiosos para hacer la foto de rigor o simplemente para recordarnos que nuestro camino por la vida es como esas piedras. Ruedan y ruedan pero jamás vuelven atrás. En medio de un precioso paisaje y con el sol a punto de ponerse archivamos en nuestra memoria aquel bonito paseo de domingo envueltos en su silencio.