Comenzamos mes con nueva estampa en el puerto de Santa Cruz. Majestuoso como de costumbre el Queen Elisabeth pone su sello como siempre. Al otro lado de España se suceden los acontecimientos que ya se presagiaban absurdos pero de una importancia tal que todavía el gobierno central no ha caído en cuanta. Como una batalla de «play-mobil»  las diminutas figuras se enfrentan a una contienda de cómic en pleno siglo 21, donde las razones no se valoran ni los sentimientos se tienen en cuenta. No todo es matar moscas a cañonazos porque el ridículo está servido de antemano. No es cuestión de que todo se realice en frío y sin anestesia, hay que dialogar y creer en las razones consensuadas y escuchadas para pronosticar un diagnóstico que haga mucho menos daño del necesario. Las pataletas ya no se usan y los métodos del cañonazo o la pedrada están obsoletos. Existe una mayor inteligencia para crear planes estratégicos que no desgarren y que procuren un resultado donde no se dañe a nadie y donde el valor y el honor y la dignidad sean las principales bazas.

Tras el 1 O, décimo mes del año, seguimos siendo los «play-movil» y jugamos con el futuro de una nación que os merece como gobernantes y de la que mucho nos sentimos orgullosos.  Dejemos ya los mandaditos y las historias para no dormir que  hemos crecido y sabemos lo que realmente queremos. Miramos al mundo y comparamos pero el puchero de nuestra cocina está a punto de reventar.