En palabras de Sami Naïr «La pobreza no es una fatalidad, es algo que se puede vencer» Existe por desgracia en el siglo 21 un nuevo pobre que hace la cola del supermercado y no solamente son los que vemos en las calles. Es la pobreza de la falta de capacidad de producir o de realizar sistemas equivalentes para todos y no solamente para aquellos que siempre consiguen el bastón de mando. Mientras en la sociedad sigan existiendo comedores sociales, casas de acogida y colas en el paro, esa sociedad no habrá avanzado en lo más mínimo. ¿Cómo podemos hablar de recuperación si aún no somos capaces de restaurar las heridas morales de los que más sufren? No nos engañemos porque esa mentira se volverá como un boomerang en contra nuestra. La tasa de pobreza entre los mayores de 65 años es de un punto, mientras que entre los menores de 16 es del 28% y que hoy por hoy están bajo el nivel de la pobreza. Estamos atrapados en esas «cuatro crisis» que amenazan nuestra estabilidad; económica, emigración terrorismo y bréxit. El ser humano está atravesando una crisis enorme y mucho más agobiante que las demás. Político se nace y de nada vale hacerse político sin que antes se haya diseñado en nuestra manera de actuar ese anclaje que nos une y no que nos separa. A estas alturas hemos aprendido bien poco y el camino será arduo porque todos queremos tener la razón y ésta no existe sin esa voluntad para actuar.