Este veranillo que parece no querer abandonarnos está ya recogiendo sus últimos resquicios para dejar paso a la nieve, la lluvia y las bajas temperaturas. Por el norte ya se aprecian los campos blancos y las escarchas. Por el sur todavía gozamos de un poco de sol y de paseos. Un invierno caliente nos espera en lo relativo ala bienestar por lo que se observa dadas las condiciones políticas y económicas. El túnel es largo y a los que estamos un poco alejados y en la periferia, más largo todavía. Pero no nos regostemos los canarios a la sombra de unos Carnavales próximos porque no solo de «murgas y comparsas vive el hombre» Cuando nos levanten el suelo que pisamos nos echaremos la mano a la cabeza y diremos ¡ay mi madre!.