Picos de Europa.
«El hombre es lo que cree ser, no lo que dice ni lo que le dicen». La grandeza de lo que creemos ver no es tan siquiera ni la milésima parte de lo que realmente es. Nos asomamos a ese abismo existencial donde no queda rincón que no sea parte fundamental del todo y por el que sinuosamente nuestra vida transcurre sin darnos apenas cuenta de ello. ¿Cuántos son los eslabones que no apreciamos y sin embargo estamos tan sujetos que no podríamos existir separados de ellos?. Hablamos de destino, de confluencia de los astros a la hora nuestro nacimiento y hay mucha verdad en todo ello. Aunque no lo creamos, porque somos seres incrédulos a la hora de magnificar lo que rodea nuestra vida. Y hay tanta verdad que nos perdemos entre las infinitas suposiciones que a lo largo de los días intentamos resolver. Hay un dicho muy cierto; «No intentes contar las estrellas del cielo ni tampoco las arenas del mar, solamente sumérgete en ellas y comprenderás la inconmensurable verdad de lo infinito.