Sobrecogerse o mirar. Muchos llegamos a tal punto de no querer ver los noticiarios para así tratar de no ver lo que sucede. No es esa la cuestión, hay que ver, no solo mirar. La humanidad es cruel con la humanidad y cuando el problema está a cientos de kilómetros de distancia nos parece ajeno. Unos minutos de compasión y a pasar la hoja. «Nada de lo humano me es extraño» según palabras de Albert Schweitzer. La ciudad de Guta se encuentra en plena campiña de Damasco, Siria. Cercana a su zona oriental. Con gran extensión de tierras fértiles y rurales bañadas por el río Barada. Hoy solo hay escombros y miedo, mucho miedo. Estamos tan acostumbrados a destruir el mundo que nada se nos cuestiona. Muchas personas hacen fortunas visitando el dolor. La foto es lo que importa. Pero realmente valientes son esas personas anónimas que se entregan sin condición y que tratan de aliviar, en lo que pueden, lo que otros destrozan por intereses. Quisiera hacer una llamada de atención para que no seamos esos ignorantes de una realidad que existe y por mucho que cerremos el televisor no conseguiremos erradicar. No es cuestión de unos sino de todos el hacer que esa humanidad mire a la otra humanidad porque todos formamos parte de ella. Los buenos trajes, las cumbres internacionales para la paz, los slogans publicitarios y las compasiones están por demás. Manos y decisión para salir adelante es lo que el mundo demanda para hacer frente a tanta mediocridad humana. Nunca es demasiado tarde para ser las personas que podíamos haber sido.