Nuestra vida es como una pompa de jabón que salta y se mueve a merced de viento. Transparente y esquiva pero llena de luz. Una luz que estamos obligados a mantener siempre prendida ya que en la sombra las pompas de jabón se mueren. Con las pinceladas de color que el sol les proporciona viajan a través del mundo absorbiendo todo lo que pasa junto a ellas. Porque están hechas de magia igual que nuestras sensaciones que se cincelan con los altos y bajos de los acontecimientos y con las verdades que se escriben en nuestro diario. Los que no creen en ella jamás la encontrarán.