El olvido, literalmente hablando es la pérdida o cese de un recuerdo. En esa acción involuntaria de dejar de recordar, ya que los recuerdos no son permanentes. Pero sí que permanecen en nuestra existencia a través de los años. En ese almacén de la memoria no todo esta dormido. Esos hilos de luz que jamás se apagan conservando el pulsar de nuestro tiempo donde las rúbricas de los días pasados siguen sin desvanecerse. «Y encontré esa fábrica de tabaco donde los instrumentos de prensar las hojas se exhiben en su patio. El olor y las manos ágiles que lo arrollan son un símbolo de que existe esa tradición y donde el hombre continua siendo el fiel artista de los minutos de nuestro tiempo»