Es quizás ese momento en el que nos abrimos a nuestros instintos más creativos y a nuestro impulsos más libertarios. ¿Cuántas veces hemos deseado hacer algo y nos frenamos por el qué dirán?. Quizás ese sea el momento en el que no hay que mirar las consecuencias sino lo que deseamos hacer. Siempre tenemos que saber hasta dónde llegar con nuestra desatada euforia. Los demás no deben ser víctimas de ello. Hoy en día se ha puesto muy de moda hacer malabares con el coche, saltar desde los balcones o algo tan simple como hacernos un selfi. Pero lo que no hacemos es medir la magnitud de nuestra hazaña y eso es lo que realmente nos convierte en irresponsables. Diversión si. Decisión también. ¿Cómo hemos soñado con ser esos héroes? Al final todo quedará para contarlo. Eso si podemos llegar a hacerlo.