Con estos «poli»-ticos de guardería la cosa no va demasiado bien encaminada. Aunque los brotes verdes van despuntando con las nuevas camadas de militantes no por ello debemos estar tranquilos ya que muchos han de tirar de «abuelos» para llegar a conseguir algo. No están por así decirlo licenciados del todo porque los políticos ya no trabajan para el Estado. Es la nación la que trabaja para ellos. Para sus sueldos y casas. Por eso todos quieren meter el dedo en el pastel. La palabra desiteresadamente no está inscrita en ninguno de sus programas electorales y eso es muy mala cosa. Les vemos muy ofuscados en ver quien da más y prometer nubes de colores y que al final se deshacen. No nos engañemos porque el lobo de caperucita se está «influenciando» de muchos personajes que ni le van ni le vienen, la cuestión es impresionar. «Si el presente trata de juzgar al pasado como herramienta para ganar, perderemos el futuro irremediablemente».