La verdad es una tierra sin caminos pero sin ese camino no llegaremos a ninguna parte. Es nuestro instinto quien los lo traduce en cada uno de nuestros pasos. Ahora el camino está en ese término incierto que hasta un punto nos agobia y nos atemoriza. Ese caminar que tenemos que comenzar es la única razón de que sus márgenes constituyan el soporte y la garantía para seguir adelante. Trataremos de pronuciarnos hacia un lado u otro y así lograremos sentirnos mucho más independientes pero eso solo será un espejismo mediático que nos enseñará y también nos abrirá a nuevas ocasiones para contemplar nuestro futuro lo mejor posible. ¿Será dificil encontrar ese lugar perfecto para vivir? Solamente lo sabremos cuando lleguemos a él. Quizás la vida, el mundo, la naturaleza no hayan sido demasiado tenidas en cuenta hasta hoy que hemos descubierto esos otros mundos en el lado opuesto al estres, la angustia, la competitividad y sobre todo la intatisfacción. Hemos estado demasiado cómodos con lo que hasta hoy era la vida en todo su conjunto e ignonorábamos otras muchas cosas que se encontraban justo frente a nosotros. Pero hay tiempo para dar el primer paso en ese camino en el que hoy ya somos desconocidos porque todavía no hemos empezado a bordar ese sendero. Llegar es posible, solo que nuestro equipaje tendrá que estar mucho más alivido y receptivo frente a los cambios que deberíamos de adoptar.