
Divino es el lienzo que despliega cada día la naturaleza frente a nosotros. «Una obra de arte es el resultado único de un temperamento único». Y la naturaleza lo es sin lugar a dudas, aunque no le damos el valor que ella tiene. La conciencia no está en el tiempo, es el tiempo el que está en la conciencia y queriendo cambiar el tiempo y sus espacios no llegaremos jamás a nada. «La obra de arte es aquella que domina al espectador y no el espectador a la obra de arte». El comportamiento que adopte una persona frente a la vida, a lo divino y también a lo inconmensurable será lo que dicte su compromiso frente a todas las cosas, los seres vivos y las distintas maneras de ver el mundo desde todos su ánguloa. La verdad está en el descubrir y no en lo descubierto. El camino de la libertad consiste en desviar el énfasis de a persona artificial al testigo interior y siempre presente que todos llevamos dentro. Único y sorprendente cada día para recordarnos la magnitud de ese «diamon» del ocaso frente al mar mientras la luna es testigo de ello.