
La sociedad actual se ha ido alimentando de esa apariencia de los hechos que se han vuelto más importantes que el hecho en sí. Las verdades falseadas o las estafas encubiertas ya no se temen porque nos hemos acostumbrado a ellas y aunque las veamos se gira la cara hacia donde nos interesa y nada más. Cuando el hecho deja paso a la mentira nos vestimos de ella y seguimos nuestro camino haciendo y deshaciendo lo que nos va en gana y manipulando lo que queremos que vean. Distorsionando deliberadamente la realidad con el fin de modelar la opición pública. Vivimos en un mundo dominado que daña considerablemente la integridad intelectual haciéndonos casi cómplices de aquellos que buscan ese beneficio. Esa confusión manipulada donde se juega con las emociones y las creencias. Pero¿ nos llegamos a hacer cómplices de toda esta puesta en escena voluntariamente o por el contrario somos meros espectadores que asienten todo aquello que se les pasa por delante?. El ser humano se está volviendo un poco perezoso y tal vez por esa pereza o sencillamente por desidia trata de pasar por alto mucho y eso a la larga nos llega a hacer daño. A pocas horas de que entremos en esa nueva etapa en la historia del siglo 21, las elecciones en los Estados Unidos, quizás podríamos dejar un espacio para comprobar si esto es real o sin embargo se trata de una ilusión. Todo dependerá de si el que miente está convencido de ello y sabrá hasta donde podrá llegar con su posverdad. No sin razón podemos manipular a nuestro antojo al mundo valiendonos de unos poderes que nos han sido cocedidos por aquellos que ahora esperan de nosotros una gobernabilidad digna.