
El universo es más amplio que nuestra idea acerca del mismo. Deberíamos mirar más a menudo por encima de la borda de nuestro navío, como pasajeros curiosos y nohacer el viaje de nuestra vida como estúpidos marineros encargados de fabricar estopa. En el espacioso lecho de las aguas del mar se mecen todos nuestros sueños aún a sabiendas de que algunos serán olvidados y otros denostados. Procuremos que la sílabas de la palabra «libertad» no se vean manchadas por el odio y la traición. No somos los dueños de nada pero el mundo nos pertenece a todos por igual. En el mástil de nuestro velero personal se escriben hoy las esperanzas de un comienzo para todos.