
Hemos escuchado muchas veces «no hay camino, se hace camino al andar» y por eso el solo hecho de sentir la tierra bajo nuestros pies es el boceto de ese camino que más tarde recorreremos con el recuerdo. Son muchos lugares y también muchos los recuerdos que serpentean nuestra existencia haciéndonos más seguros a la vez que mucho más sensibles. Hay personas que tratan de encontrar ese resquicio en la ventana para poder festonear muchas de sus expreriencias que un día fueron frenadas y que ahora el peso de sus pasos quedan bordadas en el sendero de sus experiencias. Ser capaces de atrapar ese color y confrontar la sensibilidad con lo que no es adquirir un estadio mucho más elevado en el que se funden esencia y sentimiento.