
Lo que somos ahora no es lo mismo que éramos hace un rato. Quizás nos parezca que el tiempo corre demasiado deprisa y sin embargo nos aletargamos dejando pasar miles de cosas que tal vez nos harían la vida más fácil y alegre. Pero seguimos ensimismado en ese tiempo que nos atrapa y nos daña de manera increíble menguando nuestra capacidad de asombro frente a cuadros como ese o aventuras creadas y diseñadas para nosotros. Qué alejados vamos de esas actitudes presentes que se encadenan entre nuestros días y no podemos ni alcanzarlas. El hoy es mágico pero el mañana tal vez lo será más si aprovechamos el mensaje del tiempo, la sensibilidad, la curiosidad y todo aquello que lo conforma y que muy pocas veces sabemos traducir a los hechos. Todo depende de que el ahora sea bien aprovechado y el mañana constituya el marco idóneo donde guardar nuestro mágico recuerdo.