
Comenzamos la estación de invierno y mientras el hombre se disputa un lugar preferente donde seguir dominando al mundo, otros sin embargo reflejan sus ilusiones en ese tapíz del deseo que nos conmueve y también nos aprisiona. Las dudas habrá que dejarlas atrás, que se disipen entre las blancas montañas de nieve o las ventanas de sol que desde el hemiferio sur darán la bienvenida a un nuevo año. Todo es cuestión de ver y no solo de mirar porque mientras perdemos el tiempo mirando y sacando conclusiones la vida se escapa. Hay que mover las alas y saber cuando tenemos que parar para así abrazar la vida y acogernos a cada uno de sus instantes infinitos.