
En estos día de mayo la floración es intensa en todos los rincones de la isla, pero sin lugar a dudas en las altas planicies se eleva mucho más esos aromas a tierra, dulzor y retamas. Las abejas ya se disputan los brotes más suculentos porque la naturaleza no tiene secretos para nadie y nos muestra su cara transparente cada vez que la contemplamos. Junto a los pinos canarios que se balancean dejando tras de si el sonido de su voz enmedio del silencio nos atrevemos a decir que la verdad de todo está ahí, en lo más simple a la vez que lo más elaborado. Lienzos de olor y bocanadas de fresca abundancia se despliegan a los pies del Gigante que observa y asiente. Que enamora a la vez que da miedo por su magestuosidad. Querer elaborar un cuadro con estos matices nos llevaría demasiado tiempo, justo hasta la puesta del sol. Mañana será completamente distinto aunque los pinzones azules, las retamas y las violetas no estarán esperando como siempre.
