Se suele comparar al silencio con la música. A veces nos encontramos tan absortos con nosotros y nuestras penurias diarias que apenas nos percatamos de que eso es cierto. La música amansa a las fieras pero más aunque en ocasiones llega hasta enloquecerlas. Acunar es una de las virtudes más bellas de este mundo. Dar cobijo también lo es y suele ir de la mano de la anterior La recepción de esa necesidad es la que hace al ser más humano, más intrínseco y auténtico. Presenciamos el cambio que está sufriendo la humanidad entera y más aún la Europa a la que pertenecemos. Tal vez sepamos hacia nos dirigimos pero lo que si que es cierto es que no sabemos muy bien qué llevar en ese éxodo hacia la libertad de muchos que tocan a nuestra puerta. Por otro lado, también el hombre es capaz de echar a sus trabajadores por mil y una causa preestablecida por él mismo, al negarle un trabajo digno y de permanencia. Se confrontan dos ideas, dos términos que a son casi parecidos, los que van por los que vienen. Una sociedad que decide organizarse sin una ética mínima, altruista y respetuosa con la naturaleza, con sus semejantes, está trazando el camino de su propia destrucción. Cuando menos lo esperamos la vida nos coloca delante de un desafío y pone a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de camino. Abrazar la vida, la dignidad es lo que hace al hombre digno de lo que es.