Nanas y eres

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Auditorio Adán Martín de Tenerife, obra del arquitecto Santiago Calatrava./HANAH VALENTÍN.

Se suele comparar al silencio con la música. A veces nos encontramos tan absortos con nosotros y nuestras penurias diarias que apenas nos percatamos de que eso es cierto. La música amansa a  las fieras pero más aunque en ocasiones llega hasta enloquecerlas. Acunar es una de las virtudes más bellas de este mundo. Dar cobijo también lo es y suele ir de la mano de la anterior La recepción de esa necesidad es la que hace al ser más humano, más intrínseco  y auténtico. Presenciamos el cambio que está sufriendo la humanidad entera y más aún la Europa a la que pertenecemos. Tal vez sepamos hacia nos dirigimos pero lo que si que es cierto es que no sabemos muy bien qué llevar en ese éxodo hacia la libertad de muchos que tocan a nuestra puerta. Por otro lado, también el hombre es capaz de echar  a sus trabajadores por mil y una causa preestablecida  por él mismo, al negarle un trabajo digno y de permanencia. Se confrontan dos ideas, dos términos que a son casi parecidos, los que van por los que vienen. Una sociedad que decide organizarse sin una ética mínima, altruista y respetuosa con la naturaleza, con sus semejantes, está trazando el camino de su propia destrucción. Cuando menos lo esperamos la vida nos coloca delante de un desafío y pone a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad  de camino. Abrazar la vida, la dignidad es lo que hace al hombre digno de lo que es.

Camisa rasgada

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Sobrevolando Europa./HANAH VALENTÍN

El viejo continente se ciñe los tirantes para no venirse abajo. En un mosaico repleto de rendijas que se abren bulle una realidad a punto de salir a la superficie. Europa necesita ventilar sus cortes y escuchar a sus cortesanos. Lejos han quedado ya pasajes que hoy recordamos como nefastos pero que en la memoria del tiempos nos lo recuerdan. Hábitos que se están quedando obsoletos y costumbres que necesitan de una puesta a punto para afrontar los tiempos difíciles que se le avecinan. Estancarse en el tiempo es sinónimo de vaciedad. Cuando las ideas están caducas y las potencias políticas intentan continuar con su engrandecimiento no hay cabida para el orden y la sensatez. Un continente lo construyen los hombres que en él habitan y no aquellos que están siempre por encima vanagloriándose de sus hazañas. En este siglo 21 donde todo está por hacer  y donde casi nada de lo que hubo puede ni debe rascarse de las paredes de este viejo continente porque solamente aportarían un desastre mucho mayor. Las cosas suceden porque tiene que suceder así y cuando lo hacen debe Aires fresco para encontrar la mejor oportunidad . Con esta camisa rasgada el viejo continente  se está convirtiendo en una ciudad dormitorio por la que todos pasan camino de lugares mejores. Si no llegamos a ser conscientes de ello por un momento los escombros harán que se venga a bajo.

Limbo

   LIMBO
«Solo en la terminal de Kalati, Budapest dormían anoche más refugiados de los que caben en todo España», así lo describía el diario El Mundo.
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Entre el mar y la tierra./HANAH VALENTÍN

Entre los vivos y los muertos. Mejor nos centramos en la definición que hace la astronomía de la palabra «limbo», que lo reseña éste como un círculo brillante que se ve a veces alrededor de un astro. Nos sobrecogemos al contemplar como no estamos deteriorando como raza humana. Todos, si. Ninguno se escapa a esta desestructuración masiva en un cuadro que hemos ido  componiendo con nuestras barbaries. El efecto boomerang siempre aparece en los episodios de la historia y a penas le hacemos caso. Estamos frente a un mar  de conflicto humano que será muy difícil ordenar. Allá, en ese lugar donde la ausencia del sonido puede comunicarnos tanto con una imagen.
En esa pausa musical que aflora de nuestro sentir más íntimo nacen las estrellas que guían a los sueños y esperanzas de los hombres que huyen de la guerra, del hambre, de la xenofobia y que guardan sus desdichas  perseverando en aquellos a los que el destino no les depara ya nada. Desear que aquello se cumpla en esos instantes sin tiempo donde hoy la sociedad actual necesita un nuevo orden y para llegar a ese orden debe comprender muy bien el desorden. ¿Cómo es posible que florezca cualquier cosa en la oscuridad del temor?

Observamos todo el daño que el hombre puede hacer al hombre y nos preguntamos ¿ qué hacer? El condicionamiento por parte de las personas es el creador del miedo y cuando hay miedo no hay libertad. Europa se enfrenta  a una prueba de humanidad sin precedentes. La historia está ya escrita pero no debemos arrastrar de ella. Tiempos nuevos y nuevas formas de mirar y de escuchar que hemos ido perdiendo.
A diario esperamos respuestas a todo pero ¿de quien esperamos la respuesta de lo que sucede?  La vida no tiene respuestas, la vida solo consiste en una cosa «VIVIR» cada minuto. «Los gobiernos no deberían de gastar tiempo ni dinero pensando en qué sectores serán los que nazcan de las crisis o de las emigraciones humanas, sino en asegurar buenos servicios. (Howard Davis)

Bajo el sol que más calienta

La historia de la humanidad está repleta de pasajes migratorios. Pero la emigración no es exclusiva del hombre ya que los animales son asiduos a cambiar de hemisferio por razones de supervivencia también. La emigración es un camino sin señalar donde la intuición y el arrojo se unen para conquistar esa libertad, esa tierra donde establecerse. Mares sin fondo donde cientos de miles de esperanzas vieron hundir sus esperanzas y sus anhelos bajo las aguas  turbulentas del océano. Piedras sin salientes a las que aferrarse y no caer en el abismo de la sinrazón.

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En la playa, bajo el paraguas./BARRETO

Desiertos sin oasis donde las manos se extienden y las gargantas se secan en un grito encarcelado suplicando auxilio. Deambulando por los caminos del mundo encontramos lugares donde el emigrante puede descansar y fortalecerse. Un lugar donde la cálida acogida de los voluntarios hacen las horas de espera más llevaderas. Como es el caso de Jorge Andrés Gordillo López que intenta arrancar de esas personas sin patria lo mejor de ellas mismas. No define así su visión: «El emigrante se manifiesta en su poesía con la emoción del que descubre el decir de distintas formas, no siempre con el uso correcto de la gramática u ortografía, pero sí con el alma de quien anda y recorre, de quien vive la incertidumbre y la complejidad del hombre mismo» En la «Casa del emigrante de Coahuilia en el estado de Zaragoza, México y otras  que, si no existen deben de tener su lugar. Europa tiembla antae la avalancha de personas que se dejan la vida en el camino y todavía hacemos oídos sordos a esta tragedia. Desde Calais hasta Grecia y desde España hasta Finlandia seres asustados  se juegan a una carta sus vidas  huyendo de la guerra y la barbarie. Somos  cómplices en parte de todo este éxodo. Bajo la sombrilla de una playa brilla el sol. No lejos de ahí una embarcación a la deriva sucumbe a las fauces del mar. El sonido de la misma solamente llega a algunos que, bajo ese sol que más calienta, comparte su agua y su toalla. En las mochilas inundadas se cuentan las horas vividas bajo el cielo. Hoy renace un nuevo día pero la esperanza de muchos estará condicionada por un destino incierto y tambaleante.

Vencedores y vencidos

Alguien dijo en una ocasión;  «Nunca escribas sobre un lugar hasta que estés lejos de él». Me pongo la tarea de hacerlo porque, si bien estoy lejos lo siento cercano por mi condición de europea. Vencedores o vencidos, ¿quién es quién? Lejos del bombardeo internacional de los medios de comunicación es hora de ser. Difícil decisión para quienes aún no están situados en el margen de todos los acontecimientos que hoy deciden el futuro de Europa. Este es un problema muy complejo y para indagarlo necesitamos una mente capaz de mirar, observar y considerar. Una mente científica que no falsee, que no coloree lo que está viendo. Una transformación en el proceso mismo de la mente. Todo conflicto en cualquier nivel de la conciencia, superficial o profundo, es un factor de deterioro. La estructura psicológica de nuestra sociedades esta  encasillada porque estamos impelidos por la ambición, adoramos el éxito y condenamos el fracaso. Esta es nuestra suerte y para eso hemos sido educados. Rebelarse dentro del molde es ser delincuente y eso es muy fácil de hacer. La verdadera rebelión está en comprender y no dejarse llevar por las innumerables influencias que están constantemente incidiendo sobre nuestra mente. La sociedad va  despertando y con ello  deshaciendo los patrones que se establecen desde arriba en beneficio de ellos mismos. Vencedores o vencidos, nadie debe calificarse así cuando  todos los miembros de una comunidad tienen el derecho a decir su futuro. Lo que no es justo es que sean siempre unos pocos los que impongan las condiciones según sus apetencias e intereses.

El vuelo de la gaviota

Vuelo de una gaviota solitaria

Unas gaviotas sobrevuelan el océano/ Rafael Ben-Abraham Barreto

De gris está vestido el mar. Ya no resplandece como el estío pero la gaviota continúa  emergiendo desde las olas. Bailando un vals con la sintonía del viento. Allá lejos queda el horizonte huérfano de veleros y en las rocas ya no se escuchan cantos de sirenas. Remontando esa línea que nos separa de otros lugares debemos tratar de encontrar el equilibrio, erradicar  la mentira y ahuyentar la sinrazón de voluntades enfermizas que nos superan a diario, haciéndonos vulnerables ante cualquier arrebato de locura. La realidad e Europa se distorsiona en un lienzo cargado de dudas, compromisos y acuerdos alimentados todos ellos por el afán de poder. ¿Es que no existe ni un sólo motivo por el cual el hombre no trate de aprovecharse del hombre? Mientras, la gaviota seguirá volando sobre barcos anclados en los puertos sin poder llegar a su destino. El mar sigue gris y en su salada tristeza nos ronronea que estamos viviendo despaldas al mundo, porque a penas nos damos cuenta de que el mundo somos nosotros mismos.