Su sabia belleza le hace único en su especie y desde la barrera observamos sus delicado movimientos.La vida y la muerte unidas por un denominador común, la guerra. Se les hace la boca agua a quienes justifican esa ayuda para matar con el tanque que lleva su nombre. ¿Es que somos tan planos que aún a sabiendas que ese conflicto bélico sin final no nos va a hacer crecer como personas, sino como cómplices de una guerra en la cual la tan deseada paz ya ha perdido el camino a casa? La insensatez continúa y sobre valoramos nuestras actitudes cuando en realidad cada vez estamos más divididos. Los tanques «Leopard» han llegado para cumplir con su misión mientras algunos nos preguntamos ¿quienes van a ser los triunfadores de este genocidio?.
Para mejorar la vida hay que mejorar la calidad de la experiencia. Muchas veces nos creemos los dueños de un mundo fantástico que hemos ido creando al margen de nuestra manera de ser. No queremos hacer un ridículo indisciplinado que como la carcoma nos irá comiendo mientras mantengamos esa actitud prepotente que no nos conduce a nada sino a nuestro propio fracaso. El poder de la memoria es infinito y mientras nos empeñemos en borrar nuestras propias raíces mermamos nuestra capacidad innata de sobreponernos a los contratiempos. Busquemos ese complemento que nos hará sensibles, abiertos y curiosos porque para poder gozar de una buena memoria hay que interesarse por algo. Vivimos sequías, guerras, enfrentamientos y violencia y parece que ya nada nos asusta. ¿Seríamos capaces de expandir nuestro horizonte y encontrar el hilo conductor que sepa cerrar el gran vacío existencial que hoy por hoy adormece a la humanidad? Voy a terminar con algo bonito y estimulante para vivir esta primavera en verde y negro. «Esta mañana los pájaros saludan alegres al sol naciente. ¿Sabes hijo mío que las blancas nubes flotan aún en la bóveda del cielo? ¿A dónde estás ahora? En la tierra del momento presente, la ancestral montaña sigue en pie todavía, aunque la ola crestada de espuma, esté aún llegando a lejanas orillas. Vuelve a mirar; me verás en ti al instante.¿A dónde vas? Esta mañanael viejo franchipán ofrece sus perfumadas flores. En verdad tú y yo nunca estuvimos separados. La primavera ha llegado. Los pinos se han vestido de nuevas y verdes agujas y en el lindero del bosque, los ciruelos silvestres se han cubierto de flores»
Del poema:»En el lindero del bosque» de Thich Nhat Hanh
Los días están repletos de voluntades y sin embargo carentes de capacidades. ¿En qué pensamos cuando intentamos ganarnos la aceptación y el respeto? Si nos aferramos al futuro nos perderemos el presente y en toda construcción es fundamental ir paso a paso o de lo contrario dejaremos demasiado huecos por llenar y muchos miles de propósitos por realizar. Solo el momento presente es el real y nada lo hará distinto si pretendemos enmascarar muchos de nuestros despropósitos y demasiados egoísmos. El tiempo es vida. Una de las cuatro mentes inconmensurables del Zen es «Karuna», cuyo significado es compasión. La compasión tiene el poder de sanar pero si uno no tiene el poder de generarla de nuevo se agota. La fatiga no viene de un exceso de compasión sino de quedarse sin ella. Actualmente se acude a la compasión con el propósito de lograr un fin pero como todo fin hay que trabajarlo. No es la voluntad de ofrecer, sino la capacidad de ofrecer sin caer en el engaño.Restaurar la comunicación entre las personas, los países es una práctica urgente porque una buena comunicación esta sociedad profundamente dividida, eliminaría la principal causa de discriminación entre los seres humanos como especie.El llanto del mundo se eleva ya a cotas demasiado altas y nadie quiere escuchar. Tenemos que crear paisajes de esperanza para las generaciones futuras que hoy por hoy se encuentran bastante desabastecidas de ilusión.
«Quién puede hablar con la mirada puede incluso besar con los ojos» (Bécquer). Deambulamos por el tiempo y muchas veces desearíamos encerrarlo en una caja para hacer de él lo que queramos. Observar es muy difícil pero recrearse en lo observado es una asignatura pendiente. Miramos pero no vemos y aún así nos sentimos importantes e invencibles. Si descubriésemos tal ventura desde nuestro «interser» no habría o habrían muy pocas cosas que se nos resistieran.Pero volviendo a la magia de ver no podemos dejar pasar por alto que todo requiere un tiempo, un lugar y un deseo que muchas veces se nos atraganta. Vemos como el mundo acelera y nos hace sentir héroes de pies de barro que a la menor sacudida caemos. Hablar con la mirada podría hacernos ver que no todo es del color que los demás quieren pintarnos. A lo lejos el puente de hierro se abre a nuestra mirada como el ojo de luz que nos indica el camino. Besemos el paisaje y atrapemos a la tierra de la que sin dudarlo es parte de nosotros y nosotros de ella.
Cuando apenas hemos estrenado la «luna rosa de abril» que nace en el signo de Libra entendemos que existen muchas cosas por hacer. Nos consumimos en quebraderos de cabeza sin darnos cuenta de que la solución está en nuestras manos. Pero el hombre sigue empecinado en su condición de creerse el más en todos los aspectos y hace de su vida un auténtico tormento. Condenamos la violencia pero a los pocos minutos ya hemos pasado a otros asuntos. Nos gusta vivir manipulados y computarizados hasta el punto de convertirnos en «dioses incultos» de la misma manera que hacemos y destrozamos con la facilidad de un suspiro aquello incuestionable como es la vida, la esencia del ser humano y la posición que éste tiene en el conjunto de la naturaleza. Nos apropiamos de cosas que ya de por sí tienen dueño y encadenamos situaciones adversas porque pensamos únicamente a nuestro favor. ¿Qué está sucediendo? ¿Es que ya nadie es capaz de usar su propia inteligencia y tiene que echar mano de lo artificial para ser algo o alguien en este mundo? Debemos ser paz antes de hacer la paz o por el contrario no será posible hacer de un reto una oportunidad porque estamos asqueados y cansados de todo. Volver al hogar de nuestras raíces para redescubrir y descubrir los valores que nos fueron legados ya que la calidad de nuestra existencia depende de la libertad en la que vivamos. «El tiempo es más que dinero, el tiempo es vida» y lo opuesto a la plena consciencia es el olvido. Las oportunidades existen siempre y cuando queramos verlas.