La Feria Regional de Pinolere, en su trigésima edición, se configura como el auténtico escaparate de la artesanía de Canarias. Algo más de un centenar de puestos artesanos pusieron de relieve el pasado fin de semana su capacidad de convocatoria y de generación de interés en un público que se gana con el paso del tiempo y que constituye una cita obligada cuando el verano entra en su recta final. En esta muestra se pudo presenciar muchos oficios que se resisten a desaparecer y cómo, en cierta medida, nos transporta. Disfruten de las imágenes captadas, días atrás, en el recinto ferial.
Reportaje gráfico: Hanah Valentín.