Sibaritas al poder

Los sibaritas conforman al grupo de personas o grupos refinados. Actualmente todos queremos ser sibaritas pero más de una vez nos hemos dado un tropezón. Ser refinado  conlleva tener una serie de condicionamientos para que esa exquisitez que los caracteriza pueda desprenderse y aflorar. No todo estamos capacitados para serlo y menos aún muchos de los que se lo creen no lo son. Los políticos presumen mucho de todos estos atavíos y aunque sus ancestros le impidan demostrarlo siguen en su empeño. Ninguno se nos muestra tal y como es. Todos llevan puesto el collarín de ese «refinamiento» adquirido bien por las circunstancias o bien porque alguno sea proclive a serlo. En resumidas cuentas es lo que se lleva. Con eso nos olvidamos de todo aquello que es natural por naturaleza y de lo que a veces huimos por sentido al ridículo o por ignorancia. Tener dinero es ser exquisito señores, ni más ni menos. Aunque nos vayamos de vacaciones a una exótica playa o un crucero con más de tres mil pasajeros a bordo. Tener una casa en la playa y otra en la montaña y no hacer uso de ellas porque no sabemos como hacerlo. Amueblar nuestro garaje con tres o cuatro coches de último modelo y solo vayamos con el que menos gasta para ahorrar. Ser sibarita es lo más de lo más y por nuestro paladar pueden pasar exquisitos manjares que no apreciamos, por no dar nuestro brazo a torcer y saber reconocer todo el valor y el auténtico sabor de un sencillo plato de lentejas. ¡Pobres, ya que solo tienen dinero y poder para comprar! El sibaritismo es, en resumidas cuentas, un estilo de vida y pasa cuando pasa. No hay más.

Pentagrama por la libertad

Radio Tris/Juan Mezquita

Radio Tris./JUAN MEZQUITA ALMER

Ayer, domingo 11 de enero de 2015, el mundo trazó un pentagrama por la libertad. La palabra es el bien más preciado que poseemos los seres humanos, el tesoro más valioso que nada ni nadie puede arrebatarnos Sin voz el mundo sería como un umbrío y triste cementerio, ya que en éstos el recuerdo sobrevive al silencio de sus ausentes.  Dicen que la música es lo que más se asemeja a la poesía, a la lírica, y en ella está  el sentimiento mas bello de la persona. La voz del mundo se fundió en las calles y al unísono se pespunteaba una partitura unánime al grito de «NO» al terrorismo. Bajo una estela de rojo y negro que subyacía en la memoria de todos, donde no caben perdones ni lamentos. Donde no hay escusas para estos comportamientos porque la vida está unida a la palabra y ésta, a su vez, al mundo. Por muy ancestrales que sean las creencias y los dogmas el peso de la humanidad cayó implacable ayer sobre una barbarie entristecida y gris que apenas saben ni lo que son ni a donde van. ¡Bravo por la música! ¡Bravo por la palabra! y ¡Bravo por la Humanidad.